Beatriz Montero del Amo, peridodista, licenciada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en publicidad por la UCAM, locutora y presentadora en radio y televisión y en un sin fín de galas y eventos, me regala este discurso con motivo de la Presentación de El Laberinto de la Tía Mara en Murcia (Expo Libro, Librería de Diego Marín)

«No es nada fácil ser mujer. Quería empezar esta pequeña ponencia con esta frase tan reveladora. Competir en el ámbito laboral, hacerse cargo de la mayor parte del trabajo doméstico, criar a los hijos y además aportar igual cantidad monetaria que el varón a la economía familiar, no está al alcance de todas.

Por eso muchas mujeres, cuando tienen hijos, se centran en el gran reto de educarles hasta que sean más o menos autónomos, para que puedan crecer como personas libres que caminan por el mundo sin carencias, pisando fuerte, con confianza en sí mismos.

Después de este periodo, esas mujeres recuperan sus sueños y son capaces de, además de tener los hijos y plantar árboles, escribir libros.

Mi querida hermana, Ana Montero del Amo, en su primer libro ha querido realizar un homenaje a una Tía de nuestra familia, pero su relato no es sólo eso.

Por una lado, es el tesoro capaz de albergar en sus páginas la esencia y la luz de un ser humano que dejó una huella en su vida y en la mía y que ya no está en este mundo.

Por otro, es el acontecer ansioso de palabras, dirigidas en segunda persona, hacia una mujer que nació en este país cuando la única salida para una mujer huérfana y con los pocos recursos que proporcionaba un trabajo de modista, era casarse.

Pero ella no podía porque no tenía permitido tener hijos y en esos tiempos, una cosa iba ligada a la otra y no implicaba necesariamente al amor.

De esta guisa, la Tía Mara perseguía imposibles. Muchos y grandes imposibles que no voy a desvelar aquí, porque asuntos que han permanecido tanto tiempo ocultos como tabú en una familia y que ahora salen para airearse y brillar por sí mismos, merecen la soledad y la concentración de una salita bien iluminada y una lectora o lector ávido que desee conocer, sin juzgar, el camino de esta persona y una gran falta de confianza en sí misma.

Estamos aquí, en la librería de Diego Marín, para arroparla, además de yo misma, el escritor de renombre internacional Soren Peñalver, a quien estoy deseando escuchar, y a la músico, cantautora y compositora Mar de Fondo. Son ambos personas de alta sensibilidad, coherentes, sinceras y comprometidas con la creatividad y la belleza.

   Gracias a todos por estar aquí, gracias Ana por escribir El Laberinto de la Tía Mara. Muchísimas gracias a todos los que habéis venido esta tarde tan importante para nosotras. Gracias Alfonso y Antonia.»